Hi ha primeres pàgines que són com un cop de puny a la cara.
Hargeisa, 1984
"Haz como si yo no estuviera aquí", le dije al niño que estaba muriéndose de hambre y al que yo intentaba fotografiar.
Estaba nervioso, ojalá me hubiese tomado una pastilla que acabara con el temblor de manos. De algún modo sentía que esa iba a ser mi foto. La foto. Aquella que me catapultaría a la fama, que aumentaría mi valor en el mercado, que me permitiria decirle al jefazo de Reuters que me llamase en otro momento. Un fotógrafo siente esas cosas. El célebre Henri Cartier-Bresson lo sintió al inmortalizar a aquel jovencito con dos botellas de vino en la parisina rue Mouffetard; Elliot Erwitt lo sintió al ver a aquel negro sacando la lengua delante de su cámara; Alfred Stieglitz lo sintió cuando aquella bonita muchacha se abotonó el abrigo en el momento oportuno y Edward Steichen le había hecho cientos de fotos a Greta Garbo, sin embargo, lo sintió al enfocar el objetivo: éste será el único, el auténtico, el perfecto y definitivo retrato de la diosa. Lo mimo sentía yo con aquel niño famélico en mi visor. Una dicha absoluta.
"Haz como si yo no estuviera aquí", le dije al niño que estaba muriéndose de hambre y al que yo intentaba fotografiar.
Estaba nervioso, ojalá me hubiese tomado una pastilla que acabara con el temblor de manos. De algún modo sentía que esa iba a ser mi foto. La foto. Aquella que me catapultaría a la fama, que aumentaría mi valor en el mercado, que me permitiria decirle al jefazo de Reuters que me llamase en otro momento. Un fotógrafo siente esas cosas. El célebre Henri Cartier-Bresson lo sintió al inmortalizar a aquel jovencito con dos botellas de vino en la parisina rue Mouffetard; Elliot Erwitt lo sintió al ver a aquel negro sacando la lengua delante de su cámara; Alfred Stieglitz lo sintió cuando aquella bonita muchacha se abotonó el abrigo en el momento oportuno y Edward Steichen le había hecho cientos de fotos a Greta Garbo, sin embargo, lo sintió al enfocar el objetivo: éste será el único, el auténtico, el perfecto y definitivo retrato de la diosa. Lo mimo sentía yo con aquel niño famélico en mi visor. Una dicha absoluta.
Dimitri Verhuslt
Traducció de Marta Arguilé
Lengua de Trapo
1 comentari:
Duríssim, no? Un petó, Núria. Aquest any torno a Valls!!!
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